Me ha encantado ver este vídeo que publica MagicAgora en el que algunos magos nos cuentan qué es, para ellos, lo mejor de ser mago.
Y ¿qué es para mí, digo yo, lo mejor de ser mago? Muchas veces he pensado en ello y cada vez me viene a la mente algo distinto, depende de cómo me encuentre en ese momento. Veamos qué me viene a la cabeza en estos momentos:
- Haberme rodeado de un montón de amigos que están tan zumbados como yo con los que hemos pasado increíbles historias. Y seguimos en ello.
- Sentir la emoción de una persona cuando experimenta, por un instante, que acaba de presenciar algo totalmente imposible.
- Dedicar grandes cantidades de tiempo a las cosas más intrascendentes que uno pueda llegar a imaginar. Algunos ejemplos: a ver si será mejor tomar una carta de aquí o de dos milímetros más arriba, a cómo desdoblar un papelito… Yo creo que esto de que cosas tan intrascendente nos puedan proporcionar tanta felicidad tiene mucho de saludable.
- Los buenos momentos que cada día nos ofrece. Sin ir más lejos, ayer y anteayer, haberme pasado dos días hablando de pedagogía de la cartomagia con Salva y Roberto Giobbi al lado de la playa.
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Con respecto al úlimo punto, cabe señalar la sesión inaugural con el puchero que nos hizo mi madre que obnubiló nuestras mentes pensantes y nos vimos obligados a una siesta de emergencia.