Lo que vais a ver a continuación es increíble, un fenómeno que acabo de vivir en mis carnes cuyas consecuencias todavía desconozco. Quiero dejar muy claro, a cualquier familiar o amigo que, a pesar de lo extraordinario de este suceso, estoy bien, de verdad, tan solo me duele un poco la cabeza pero es por otra cosa. Me encuentro muy bien y de momento no he experimentado nada extraño en mi cuerpo.
Todo empezó tras recordar, en la última entrada de este blog, las largas que desde mi abuelo a mi hermano, pasando por mi padre, me dieron siempre al preguntarles por mi sombrero teleportador. Tuve el presentimiento de que algo me ocultaban, que tal vez estuvieran muy cerca de lograrlo sin alcanzar todavía un resultado fiable. Me embargó la necesidad de averiguarlo como si de una película de espías se tratara.
Aprovechando la comida semanal que tuve ayer con la familia, apliqué mis artes de pickpocket y le birlé la llave de la fábrica de sombreros a mi hermano. Así que me hice una copia y, al caer la noche, me metí en la fábrica y me puse a investigar por todos los rincones cualquier pista, paja de la China o casco, que me pudiera conducir a mi deseado sombrero teleportador. Esto es la que sucedió:
No te pierdas la segunda parte del sombrero teleportador, puedes verla AQUÍ.